30 de agosto de 2012

El otro día lloré en pilates con una canción, también lloré después de cruzarme a Julieta en el colectivo, lloré en el baño de la facu, y en el baño de casa mil veces, lloré en frente de la computadora, mirando el cuadradito del chat, lloro de la nada a cada rato. Estoy triste todo el tiempo. La extraño. Todo mi cuerpo la extraña. Los únicos momentos felices son cuando me habla, y ahora ni siquiera me habla. No puede empeorar más.
Yo sé que tenemos que estar juntas. No puede ser de otra manera, espero que se dé cuenta pronto.